Esta
historia viene de una promesa que jamás podré romper… Ocurrió la noche de
Halloween del año pasado. Volvía a casa con mis padres y, al pararnos en un
semáforo, vi una niña rubia de piel muy blanca esperando para cruzar. Y aunque
era pequeña, nadie la llevaba cogida de la mano. Cuando iba a apartar la vista…
¡sus ojos azules se clavaron en mí! ¡Eran tan intensos que daban miedo! Antes
de subir a casa, vi algo en una ventana de la casa de enfrente. Alguien miraba
escondido entre las cortinas… ¡Me quise morir de miedo al ver que era la misma
niña de ojos azules de antes! ¡Volvía a mirarme a mí! Esa noche me fui a dormir
con su mirada grabada en la mente. Al llegar las 12 me desperté, una mano suave
y fría me acariciaba la cara… ¡Era la niña! Paralizada, no pude decir nada…
Ella susurró: «Venía a por ti, pero he visto tu alma… Si prometes recordarme
cada noche de Halloween, no volveré a buscarte». Le dije que sí y al día
siguiente pensé que todo había sido un sueño, hasta que vi la tele. Muy cerca
de mi casa, una anciana había muerto y, al lado de su cuerpo, encontraron la
foto de una niña… Era rubia y de ojos azules. Yo la había conocido esa misma
noche…
sábado, 12 de octubre de 2013
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